El pirata Barbanegra en el Jurado de los Condenados 0

el jurado de los condenados pirata barbanegra

En el segmento El demonio y Homero Simpson, de la Casita del Horror IV (S05E05), se realiza un juicio para determinar a quién le pertenece el alma de Homero Simpson.

Lionel Hutz, abogado de Homero, acuerda con Satanás algunas reglas básicas para el juicio. Pero su impericia en el campo de la ley le da la posibilidad al diablo de elegir su propio jurado: el Jurado de los Condenados.

En Los Simpsons Explicados te voy a ir contando sobre cada uno de sus integrantes. Ya lo hice con Lizzie Borden y ahora llega el turno del pirata Barbanegra.

La fama de Barbanegra ha llegado a nuestros días a través de diferentes adaptaciones literarias y cinematográficas. La idea de este artículo es contarte la verdadera historia de este pirata.

Sobre el final del artículo voy a analizar la apariencia de Barbanegra y a contarte un error que cometieron los guionistas de Los Simpsons.

El pirata Barbanegra en el Jurado de los Condenados - Los Simpsons Explicados
El Pirata Barbanegra en Los Simpsons. No hay retratos de Barbanegra. La foto es la apariencia que le dan al famoso pirata en la serie Black Sails, interpretado por Ray Stevenson.

La historia del pirata Barbanegra

Origen incierto y primeros pasos en la piratería

Se cree que Barbanegra nació en Bristol, Inglaterra, alrededor de 1680, pero no hay muchas certezas al respecto. Tampoco se conoce su verdadero nombre. Antes de adoptar su apodo, se hacía llamar Edward Teach. Sin embargo, los piratas solían ocultar su verdadero apellido para no manchar el nombre de sus familias.

Teach era un marino y seguramente ejerció como bucanero durante la Guerra de Sucesión Española, al servicio de Su Majestad.

Los bucaneros eran delincuentes de altamar que atacaban y saqueaban otras embarcaciones. La diferencia con los piratas era que robaban para la Corona. Es decir, tenían cartas reales de respaldo y toda la documentación en regla. El botín que obtenían lo entregaban a las autoridades y, por supuesto, se quedaban con una comisión.

Los bucaneros fueron útiles durante la guerra, pero al finalizar, en 1714, la Corona ya no los necesitó. Sin embargo, los muchachos ya le habían tomado el gustito a eso de andar por el Atlántico saqueando y robando y no querían dejar la actividad. Así que siguieron en lo suyo convirtiéndose ahora en piratas.

En 1716 Edward Teach se unió a la tripulación del Capitán pirata Benjamin Hornigold, que paraba cerca de la isla New Providence en las Bahamas.

En poco tiempo Hornigold le permitió comandar una embarcación menor que habían capturado. De esa forma, Teach dio sus primeros pasos en la piratería.

La comunidad del pirata

Hornigold y Teach dieron varios golpes en el Caribe. Primero, capturaron un barco con 12 barriles de harina proveniente de La Habana. Luego, otro con 100 barriles de vino de una embarcación de Bermuda.

La sociedad pirata estaba dando réditos y había lugar para ampliarla. Así que poco después se les sumó Stede Bonnet que fue un pirata muy particular.

Bonnet era un militar que provenía de una familia adinerada. Tenía campos de algodón, esclavos y vivía bien. Sin embargo, algo no le cerraba. Algunos dicen que estaba aburrido de la esposa. Otros, que estaba loco. De una forma u otra, decidió dejar el lujo y el confort y se hizo pirata.

Hornigold, Teach y Bonnet formaron una alianza pirata y reunieron una flota de varias naves.

Pero había un problema. Hornigold tenía códigos. Él era inglés y no atacaba a embarcaciones inglesas. A la tripulación esto le molestaba porque en más de una ocasión veían desfilar barcos ingleses cargados de bienes, pero la orden del capitán era la de no atacar.

No se sabe bien qué pasó pero Hornigold decidió dar un paso al costado y retirarse de la piratería. Era todavía 1717 y la carrera de un grande de la piratería llegaba a su fin. No le hicieron partido despedida, pero sí aceptó el perdón real de la Corona, limpiando de esa forma su nombre.

No se sabe si Teach tuvo algo que ver en todo esto. Lo cierto es que él quedó al mando de la flota, a excepción de dos embarcaciones que Hornigold decidió llevarse. Bonnet siguió con Teach pero en calidad de invitado, aunque algunos creen que en realidad Teach lo mantuvo como prisionero.

Queen Anne’s Revenge

Teach ascendía en la carrera pirata pero le faltaba algo.

Un gran pirata tiene que tener una gran nave. Una vez más en 1717 (gran año para la piratería, al parecer), detectó y capturó a La Concorde, un enorme barco francés de esclavos que ya había cambiado de manos tantas veces que nadie sabía de dónde había salido.

Teach tomó el barco, reclutó a algunos esclavos para su tripulación y desembarcó al resto en Martinica. Pero no era tan bueno como quizás estés pensando. Al rato, mandó un barco para volver a embarcarlos y traficarlos.

Teach rebautizó a La Concorde. Le puso Queen Anne’s Revenge y se convirtió en su barco insignia. Armó su nueva nave con 40 cañones convirtiéndola en el terror de los siete mares (aunque sólo operaba en la zona del Caribe).

Más piratería

Teach era ahora el capitán de una gran flota y tenía un barco de la puta madre armado hasta los dientes. Con el Caribe a su disposición se concentró en lo que mejor sabía hacer: atacar barcos y puertos.

No le satisfacía abusar de otras naves menores con su poder de fuego. Al contrario, buscaba desafiantes mano a mano con naves grandes.

Una de las grandes batallas de la Queen Anne’s Revenge fue contra la Great Allen, cerca de San Vicente. La Great Allen era una nave enorme, bien armada y que llevaba un cargamento de oro y plata.

La victoria no fue fácil, pero finalmente, luego de varias horas de enfrentamiento, Teach y su tripulación abordaron la nave enemiga, desembarcaron a la tripulación cerca de la costa. Al marcharse con el botín, la hundieron.

El reporte de este enfrentamiento revela que Teach, además de su barco insignia, contaba con otras dos embarcaciones menores armadas con 10 y 12 cañones, cada una. Para operar esta pequeña pero peligrosa flota, tenía su disposición a 300 hombres.

No mucho después de este incidente, Teach atacó y capturó un velero de nombre Margaret. Mientras saqueaba la embarcación, tomó a su capitán como prisionero y al finalizar con el robo, lo liberó.

Este incidente es importante ya que el capitán de la Margaret luego reportó a las autoridades su encuentro con Teach, dando una descripción inolvidable de él.

El nombre y el marketing de Barbanegra

El capitán de la Margaret describió a Teach como un hombre alto y delgado, con una barba gruesa y profundamente negra. De allí surgió el nombre con el que Teach quedó asociado para siempre: Barbanegra.

Hay otras descripciones que coinciden con este reporte. Estas decían que Teach era enorme e imponente y que tenía una barba tan grande que se la trenzaba y adornaba. También decían que tenía un sombrero enorme y que salía humo de su alrededor. Otro detalle era que llevaba una bandolera en diagonal donde exhibía tres pistolas, listas para ser desenfundadas y disparadas en cualquier momento.

Barbanegra, interpretado por Ray Stevenson, en la serie Black Sails. Nótese las tres pistolas enfundadas.

Estaba claro que Barbanegra proyectaba una imagen fantasmal y aterradora. Todas estas descripciones formaron una leyenda. La de un pirata despiadado de aspecto feroz e intimidante.

Sin embargo, esto no coincidía con la realidad.

Barbanegra no era ningún bruto. Era un hombre instruido y hay cartas y documentos que prueban que sabía leer y escribir. Y no sólo eso. Podríamos decir también que fue un pionero del marketing.

Él sabía bien que una reputación de salvaje y asesino le iba a hacer el trabajo más fácil. Así que sacó partido de ello.

La realidad es que no solía recurrir a la violencia ni se pasaba de rosca. No ejecutaba a sus cautivos ni cometía actos de barbarie porque sí. Su estrategia estaba asociada a la intimidación.

Si viste Batman Inicia (Batman Begins, 2005), quizás recuerdes el consejo que Ducard le da a Bruce Wayne. Le dice que tiene que ser mucho más que un hombre en la mente de sus enemigos. Es ahí cuando Bruce se da cuenta que recurrir a la ilusión y la teatralidad puede ser un poderoso recurso.

Algo similar hizo Teach recurriendo a trucos baratos pero efectivo. Por ejemplo, el humo que envolvía su rostro y que parece haber asustado al capitán de la Margaret tenía una explicación. Estaba producido por fósforos y pedazos de vela apagándose que el mismo Barbanegra se colocaba en la barba y el sombrero para generar esa apariencia demoníaca.

Dame las drogas

En 1718 Barbanegra siguió agrandando su flota y también su ego. Como se cansó de ser capitán se autoproclamó comodoro. Estaba en la cresta de la ola (casi literalmente).

Tenía una flota tan poderosa que comenzó a bloquear puertos. Por ejemplo, el de Charles Town, en Carolina del Norte. Se instaló allí durante seis días, desvalijando a cualquier embarcación que entrase o saliese.

En su estadía en este puerto se hizo con el botín de 9 naves. En una de ellas viajaban distinguidos miembros de Charles Town, ciudad de Carolina del Sur. «¡Bingo!», debe haber dicho Barbanegra.

Teach los tomó como prisioneros y extorsionó al gobernador de esa región. Le envió un mensaje diciendo que si no cumplían con sus demandas, iba a ejecutar a todos y a enviarle las cabezas a modo de souvenirs.

¿Qué pedía el gran Barbanegra a cambio de la vida de estas personas? Drogas y medicinas para su tripulación.

Sin opciones, el gobernador de Carolina del Sur aceptó los términos. Barbanegra envió a tres piratas de su tripulación a buscar las medicinas.

Pero algo andaba mal. Las horas pasaban y los hombres de Teach no volvían. El pirata comenzó a impacientarse y a deliberar con su tripulación. ¿Acaso lo estaban tomando por estúpido? ¿Era hora de hacer efectiva su fama y matar a todos los rehenes?

Teach no estaba dispuesto a matar a sangre fría a inocentes, así que decidió acercarse al puerto y envió a a algunos hombres a causar algo de caos para meter presión.

Antes de que las cosas pasaran a mayores, los tres piratas aparecieron con el botín de drogas y narraron lo que había sucedido.

Contaron que ni bien llegaron el gobierno de Carolina del Sur les dio todo lo que habían pedido. Sin embargo, ellos creyeron que este éxito era motivo de celebración y se fueron a tomar una copa. Obviamente se despertaron recién al otro día, luego de una larga borrachera.

Pasado el incidente, Teach se hizo con las drogas y liberó a los prisioneros cumpliendo su palabra. Eso sí, se quedó con las finas ropas que vestían.

Cambio de época

Al principio, a los piratas no les daban mucha importancia. Todas las naciones y los privados sabían que cada tanto podían ser atacados. Pero en poco tiempo los piratas se convirtieron en una amenaza permanente, especialmente en la zona del Caribe.

Los intereses de la Corona británica se vieron afectados y por eso comenzó a tomar medidas extremas. La era de la piratería se tenía que terminar.

La primera medida que tomó la Corona fue la de ofrecer perdones a los piratas que se entregaran y renunciaran a la profesión. Barbanegra lo estaba considerando.

La segunda medida fue conformar flotas para cazar piratas. Uno de los que aceptó esta comisión fue el Capitán Benjamin Hornigold, ex compañero pirata de Barbanegra. ¿No se había retirado? Sí, pero podríamos decir que volvió rápido del retiro y con la camiseta del clásico rival.

Por ese entonces, en 1718, Barbanegra intentó hacer reparaciones a su barco insignia Queen Anne’s Revenge, pero este quedó encallado en un banco de arena y no se pudo recuperar.

La era del perdón

El panorama se empezaba a poner más oscuro que su barba y lo del perdón comenzó a tomar más fuerza. Pero Teach era un tipo instruido y conocía la letra chica de lo que ofrecía la Corona.

Los perdones tenían dos fechas clave. Una de rendición, que era la más importante; y otra de límite para haber cometido delitos, que era anterior.

Pongamos un ejemplo para que se entienda. La fecha límite de rendición podía ser el 5 de octubre, pero la fecha límite para cometer delitos, el 5 de Enero. Eso significaba que si el pirata se entregaba antes del 5 de Octubre iba a estar en regla siempre y cuando no haya cometido actos de fechoría posteriores al 5 de Enero.

Toda esta burocracia era gris. Algunas autoridades podrían respetarla, pero otras podrían inventar cargos para colgar a los piratas. Los juicios contra ellos no eran necesariamente justos.

Es decir, dependiendo dónde Teach se entregara, podían otorgarle el perdón o colgarlo.

Teach era inteligente y no quería exponerse. Así que hizo lo que cualquier persona manipuladora haría: mandó a otra persona a ver qué pasaba.

¿Y a quién pudo haber mandado? Al loco de Bonnet que todavía seguía con él. «Andá a ver si te dan el perdón», le debe haber dicho, sabiendo que había chances de que lo arresten y lo cuelguen.

Si le daban el perdón y no lo colgaban, era un buen augurio. Bonnet se entregó a las autoridades y sí, le otorgaron el perdón. No parecía haber trucos ni engaños.

Bonnet, contento, volvió a reunirse con Teach para contarle la noticia y de paso llevarse uno de los barcos de la flota: el Ranger, que era el que él comandaba. Su idea era tomar alguna comisión en algún puerto y trabajar como capitán. Pero al regresar descubrió que Barbanegra había saqueado la embarcación y abandonado a la tripulación.

Bonnet enfureció y se olvidó del perdón. Su nuevo objetivo pasó a ser vengarse de Barbanegra cueste lo que cueste. Volvió a la piratería con la idea de cazar a su ex compañero (o captor, según algunas fuentes), pero nunca lo volvió a ver.

En septiembre de 1718 Bonnet fue capturado en Charles Town. Lo colgaron junto a casi toda su tripulación.

Los tiempos definitivamente habían cambiado. Barbanegra bajó el perfil y se estableció en Ocracoke, una isla de Carolina del Norte. Allí recibió a otros grandes piratas como Charles Vane y Calico Jack.

La caída de Barbanegra

La juntada de Barbanegra con Vane no cayó bien en algunas autoridades. En especial en Alexander Spotswood, Gobernador de Virginia (al norte de Carolina del Norte). Él creía que los gobiernos del sur no estaban manejando bien el asunto pirata así que decidió hacerse cargo él mismo de la situación.

Spotswood le puso un precio a la captura de Barbanegra y preparó una flota para atraparlo vivo o muerto.

Nombró al Teniente Robert Maynard, que estaba al mando del HMS Pearl, como líder de la expedición. Maynard recibió dos embarcaciones para capturar al famoso pirata, la Ranger (otra Ranger, no la de Bonnet) y la Jane. Partió con ellas, sin bandera identificatoria, para no levantar sospechas.

La flota de Maynard llegó a Ocracoke de noche y no vio señales del pirata. Aparentemente estaba del otro lado de la isla. Maynard no quiso atacar hasta no hacer un reconocimiento de la zona.

Barbanegra por ese tiempo contaba con una nave llamada Adventure. No era tan imponente como la Queen Anne’s Revenge, pero igualmente estaba bien armada. Había que tener cuidado a la hora de atacarlo.

Maynard decidió comenzar el ataque a la mañana. Las tropas inglesas vieron a la Adventure y comenzaron a acercarse. Barbanegra no comía vidrio y antes de que mostraran su verdadera intención abrió fuego contra las naves.

Ante esta reacción ya no había motivos para esconderse. Maynard ordenó desplegar las banderas y la Union Jack comenzó a flamear en las dos embarcaciones. Barbanegra ahora sabía que la Corona venía por él.

La batalla fue durísima y la Ranger quedó prácticamente destruida. Maynard estaba en la Jane y ordenó a sus hombres esconderse bajo cubierta para hacerle creer al pirata que la nave estaba vacía.

Teach cayó en la trampa y abordó la nave con su tripulación. En ese momento, los soldados británicos salieron a los gritos y a los tiros. El enfrentamiento fue feroz y llegaron a trenzarse cuerpo a cuerpo soldados contra piratas.

Barbanegra y Maynard primero se dispararon a distancia y luego pelearon espada con espada. Sí, como en las películas en las que los antagonistas tienen un duelo en medio de una batalla campal.

Dicen que el pirata logró desarmar al teniente. Sin embargo, los soldados eran más diestros en el uso de las armas y en poco tiempo redujeron y rodearon a los piratas.

Barbanegra no quiso darse por vencido e intentó atacar, pero uno de los soldados le hizo un letal corte en el cuello. Mientras caía, otros soldados se sumaron y lo ensartaron con sus espadas. El pirata murió y toda su tripulación se rindió al instante.

Maynard revisó el cuerpo de Barbanegra y descubrió que había recibido 5 disparos de arma de fuego y al menos unas 20 cortadas de espada. El tipo había peleado malherido hasta el último momento.

El fin de un mito

La cabeza de Barbanegra fue colocada en la proa del barco de Maynard y el cuerpo fue tirado al mar. Al llegar al puerto de Virginia con la cabeza del pirata, se aseguraban de cobrar la recompensa.

El precio por la captura de Barbanegra era de 400 libras, lo que equivale a unas 63.000 libras en 2021, casi 85.000 dólares.

Sin embargo, a Maynard no le pagaron lo que le correspondía. Dividieron el dinero de una forma que el teniente consideró injusta, recibiendo parte de la recompensa hombres que no habían participado de la batalla.

A Maynard no sólo no le pagaron lo que quería sino que ni siquiera lo promovieron.

¿Qué pasó con los hombres de Barbanegra? La tripulación sobreviviente fue colgada bajo los cargos de piratería.

El pirata más famoso

Barbanegra murió el 22 de noviembre de 1718, cuando tenía entre 35 y 40 años. Su carrera como pirata no duró más de dos años y sin embargo, todo el mundo lo conoce.

Edward Teach no fue el pirata más exitoso. Tampoco el más despiadado. No tuvo la flota más grande ni el récord de barcos capturados. Lo que si tuvo fue un gran agente de marketing: él mismo. Su leyenda se basa en gran medida en la fama que se creó.

Es cierto que después aparecieron relatos y obras literarias que rescataron su figura y la adornaron con otros mitos y otras historias, pero todo eso se basó en el branding que él mismo formó a su alrededor. Su apariencia, su barco y su identidad.

La apariencia de Barbanegra en Los Simpsons

Si analizamos cómo dibujaron a Barbanegra en Los Simpsons, vemos que lo hicieron como al típico pirata, pero respetando las descripciones de la época. Acertadamente no cayeron en agregarle una pata de palo, un loro al hombro o un garfio.

La barba es negra y frondosa, como corresponde al nombre Barbanegra. Lo interesante son las fundas de pistolas que tiene en su cinturón. Los Simpsons le hicieron cuatro aunque se dice que andaba con tres. Pero bueno, eso es un detalle menor.

También es de destacar el amplio sombrero que le hicieron aunque podríamos decir que es el típico sombrero de pirata.

El error de Los Simpsons con Barbanegra

Sobre el final del juicio a Homero, cuando la esperanza ya parece perdida, Marge aparece con una fotografía que incluye una inscripción detrás.

Barbanegra intenta leerla y llega a la conclusión de que es un mapa del tesoro. Inmediatamente, Benedict Arnold le quita la fotografía y lo insulta diciéndole que es un idiota y que no sabe leer. Barbanegra, triste, lo admite.

Después de haber conocido la vida de Edward Teach, sabemos que esto es un error. Barbanegra no era un pirata bruto. Era un hombre formado que sabía leer y escribir.

Generalmente los guionistas de Los Simpsons no caen en este tipo de errores, pero parece que en este caso se dejaron llevar por la imagen del pirata genérico y no ahondaron en la historia de Edward Teach, el hombre detrás de la barba negra.

Más referencias en Los Simpsons Explicados

No me quiero extender más. En próximos artículos te seguiré contando sobre el resto de los integrantes del Jurado de los Condenados hasta completarlos.

Si te gustó este artículo, compartilo con todos los simpsomaníacos que conozcas.

Si tenés alguna duda, sugerencia o algo que aportar, dejame un comentario al final del artículo.

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Gracias por tomarte el tiempo de leerme.

Te espero en el próximo artículo de Los Simpsons Explicados.

Fuentes y más información

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Mi nombre es Alejandro De Luca y tal vez me recuerden de blogs como Mentes Liberadas y Crónicas Freelancer. Soy simpsonmaníaco de la primera hora. Miro cine del bueno, leo, programo, escribo y tomo café. También me gusta pasear de la mano de una dama y cenar a la luz de las velas. Y odio los yo-yo's. Vivo en Montevideo, Uruguay.
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