En este artículo te voy a contar la vida de John Dillinger, miembro del Jurado de los Condenados, que aparece en el episodio La Casita del Horror IV (S05E05) de Los Simpsons.
En ese segmento, el diablo quiere quedarse con el alma de Homero y para ello recluta su propio jurado que está integrado, entre otros por Lizzie Borden, Benedict Arnold, el Pirata Barbanegra y John Wilkes Booth.
Ya te conté sobre estos otros personajes históricos. Me quedan todavía algunos más para repasar, incluyendo a Richard Nixon. Pero bueno, en este artículo quiero centrarme en el famoso gángster John Dillinger.
Dillinger se hizo conocido en Estados Unidos por asaltar con su banda una gran cantidad de bancos en diferentes estados durante la Gran Depresión. Escapó varias veces de la cárcel y a pesar de tener una reputación tan mala, solo estuvo acusado de un único asesinato.
Conozcamos sus orígenes.
John Dillinger nació en Indianápolis, Indiana, en 1903. Su padre, que tenía un almacén, era un tipo bastante severo. Su madre falleció cuando el tenía apenas 5 años. Fue su hermana mayor quien lo crió durante toda su infancia hasta que su padre se volvió a casar.
John era un alumno promedio en la escuela. Sin embargo, en la adolescencia comenzó a descarrilarse y se convirtió en un chico problemático. Le hacía bullying a sus compañeros más pequeños y estaba metido en diferentes asuntos ilegales incluyendo algunos robos. Su personalidad no lo ayudaba. Era difícil de tratar.
Dillinger dejó la escuela y en 1923, cuando tenía 20 años, se unió a la Armada estadounidense. Pero no duró mucho. Estuvo unos meses en servicio en el USS Utah, pero finalmente desertó cuando el barco hizo puerto en Boston.
A John le gustaba el béisbol y jugaba en las ligas menores. En ese ambiente conoció a Beryl Ethel Hovious, con quien se casó en 1924.
Ahora que había formado una familia, buscó sentar cabeza, pero ningún trabajo le duraba. Eso lo motivó a volver al mundo del crimen, pero esta vez ya no como un delincuente adolescente..
John, junto a un amigo del béisbol y ex convicto, Ed Singleton, comenzó a planear algunos robos. Pero John era un amateur en el deporte y también en el crimen. En uno de esos robos lo reconocieron y luego lo capturaron.
Durante el asalto John había amenazado al dueño de un negocio con un arma descargada y había golpeado a una persona. Seguramente la pena no sería tan severa. Bueno, eso debe haber pensado él. Le dieron entre 10 y 20 años de prisión.
Caído en desgracia, su esposa se divorció de él. John iba a pasar 9 años en una cárcel estatal de Indiana.
Dillinger estuvo en la cárcel desde 1924 hasta 1933. En el ambiente carcelario, entró en contacto con grandes criminales que estaban cumpliendo condena. De ellos aprendió mucho.
Para Dillinger, el tiempo que pasó en prisión equivalió a una carrera universitaria en delincuencia. Se dejó aconsejar por criminales más experimentados y estudió en detalle el sistema de robo de bancos del alemán Herman Lamm, un especialista en el tema.
A pesar de encontrar un pasatiempo, Dillinger pasó sus años preso cargado de odio contra el sistema y la sociedad en su conjunto.
Finalmente, quedó en libertad condicional. El problema era que el contexto social y económico eran terribles. Estados Unidos estaba terminando de atravesar el final de la Gran Depresión del 29′. La desocupación rondaba el 25% en el país. ¿Qué trabajo podía conseguir un ex presidiario?
Era obvio que John Dillinger iba a reincidir en el delito.
Dillinger formó una banda de delincuentes con la que tenía pensado aplicar todos sus conocimientos teóricos sobre robo de bancos. Esta banda estuvo formada por Homer Van Meter, John Hamilton, Charles Markley, Eddie Green y Lester Joseph Gillis, también conocido como «Baby Face Nelson». Todos criminales con su propio historial.
En 1933, la banda dio un golpe a un banco en Ohio y se llevó US$ 10.000. Meses después, repitieron en otro banco pero esta vez, la policía rastreó a Dillinger y lo capturaron. Sin embargo, sus colegas fueron a su rescate y matando a sangre fría a un guardia.
Entre 1933 y 1934, Dillinger y su banda siguieron robando bancos llegando a la cifra de 12 asaltos.
Por ese entonces, el gran criminal conoció a una nueva mujer: Evelyn Frechette, a quien llamaban «Billie». Evelyn era una camarera y cantante que al involucrarse con Dillinger pasó a ser su cómplice.
Finalmente, el escurridizo Dillinger y su banda fueron capturados por la policía en Tucson, Arizona. Pero John no se quedaría allí debido a un incidente pasado.
El 15 de enero de 1934 en un asalto a un banco, Dillinger disparó y mató a un policía de East Chicago, Indiana. Por ese motivo, el Estado de Indiana exigía la extradición en caso de captura.
Así fue como se lo llvaron a Indiana y lo pusieron en una cárcel de condado que, en teoría, era super segura y tenía más cantidad de guardias que lo habitual. Pero, adiviná qué pasó… Dillinger se escapó igual.
A esta altura su figura ya era conocida a nivel nacional. Todas las fuerzas de seguridad lo estaban buscando, incluida el Bureau of Investigation, precursora del FBI.
Después de su captura y escape, Dillinger formó una nueva banda y siguió asaltando bancos. Ahora era el turno de Dakota del Sur y luego Iowa.
En Minneapolis protagonizó un terrible tiroteo cuando unos agentes lo rastrearon en un departamento que compartía con su novia Billie. Esta balacera fue digna de una película de Hollywood.
Tras salir con vida de este incidente, Dillinger y Billie se fueron a Mooresville en Carolina del Norte. Allí vivía el padre de John y su medio hermano, Hubert.
Los dos hermanos protagonizaron un choque automovilístico en ese pueblo. Esto llamó la atención de la policía que encontró elementos sospechosos en el automóvil de Dillinger, incluyendo un cartucho de ametralladora.
La policía actuó rápido y logró capturar a Billie, aunque no pudo dar con Dillinger. Ella nunca delató a su amante y nunca más se volvieron a ver.
El arresto de Billie afectó muchísimo a John. Esto llevó a la banda a asaltar un depósito de la policía en busca de armas y chalecos antibalas. El objetivo era armarse para ir a rescatar a Billie.
Pero una llamada anónima delató la ubicación de Dillinger y su banda. Estaban en Little Bohemia, Wisconsin. La policía llegó allí y se dio un nuevo tiroteo, pero una vez más Dillinger logró escapar.
John se dio cuenta de que el mundo estaba en su contra. No había mucho que pudiera hacer por el momento más que bajar el perfil.
Para julio de 1934, John Dillinger se había esfumado. Los asaltos a bancos no habían vuelto a repetirse y nadie conocía su paradero. ¿Dónde estaba?
Dillinger se había camuflado en Chicago. Nadie lo reconoció y aprovechó para adoptar una nueva identidad. Incluso se sometió a un cirugía estética para cambiar su apariencia física, aunque no quedó satisfecho con los resultados.
Con su nuevo alter ego, vivió como un oficinista durante un tiempo en Chicago. Lo que no sabía era que, en secreto, Chicago era sede de la central anticriminal más grande de Estados Unidos. Así fue como lo encontraron, al frecuentar un burdel que pertenecía a una conocida, quien sería la persona que lo traicionaría.
La mujer que traicionó a Dillinger fue Ana Cumpănaș, también conocida como Ana Sage, una inmigrante rumana que manejaba un burdel en Chicago.
Dillinger había comenzado a salir con una ex prostituta, amiga de Ana, llamada Polly Hamilton. Un dato que capaz no tiene nada que ver, pero que me resulta interesante es que dicen que Polly era muy parecida a Billie. Parece que John no podía olvidar a su ex.
Ana Cumpănaș fue coaccionada por el Bureau quien la amenazó con deportarla en caso de no colaborar. Dicen que el mismísimo J. Edgar Hoover, director del FBI (o de lo que todavía no era el FBI) tenía mucho interés en capturar a Dillinger.
Dillinger invitó a Polly y a Ana al cine. Esta última avisó a los federales, que esta vez sí tomaron todos los recaudos posibles. No sólo rodearon el Biograph Theater de Chicago, cine al que iban a asistir Dillinger y sus amigas, sino también otro más de la zona, por si cambiaban de idea.
Dillinger y compañía fueron finalmente al Biograph Theater a ver el film Manhattan Melodrama. Al salir, los policías intentaron capturarlo, pero el criminal salió corriendo y se metió en un callejón. La policía había previsto esto y tenían el callejón cerrado para que no pueda escapar.
Mientras corría hacía allí, algunos dicen que armado, tres agentes lo persiguieron y le dispararon por la espalda. Murió al recibir 4 balazos, uno de los cuales le perforó el cuello y atravesó todo el cráneo. Tenía 31 años de edad y fue enterrado en Indianápolis.
Dillinger murió tan solo dos meses después que la pareja de criminales Bonnie & Clyde. En algún punto fue el fin de la era gángster y, al mismo tiempo, el principio del FBI de J. Edgar Hoover.
Y hablando del FBI, recién te conté que habían amenazado a Ana Cumpănaș de deportarla si no colaboraba. Bueno, la deportaron igual a pesar de su colaboración que fue indispensable para poner fin a Dillinger.
Muchos de los cómplices de Dillinger corrieron su misma suerte, muriendo jóvenes y de forma violenta. Homer Van Meter murió acribillado a balazos a los 28 años. John Hamilton pereció en un tiroteo a los 34. Charles Makley fue sentenciado a muerte y justo antes de ser ejecutado, a los 44 años, intentó escapar recibiendo varios disparos que le pusieron fin a su vida. A Eddie Green y a Baby Face Nelson los mató el FBI cuando tenían 35 y 25 años respectivamente.
¿Qué fue de la vida de Billie?
Después de quedar en libertad, Billie anduvo de gira por Estados Unidos con un show llamado Crime Doesn’t Pay («el crimen no paga»), que es la frase que dice Bart al final de El Pequeño Padrino (S04E03). Demostrando una vez más que Los Simpsons están en todos lados y que todo tiene que ver con todo.
Billie murió de cáncer en 1969.
Desde la muerte de Dillinger se han hecho muchas películas sobre su figura. La más destacada es Public Enemies del 2009 con Johnny Depp en la piel del gran criminal robabancos y Marion Cotillard como Billie.
En el episodio Marge, la rebelde (S05E06), en una conversación con el Jefe Górgori, Homero se lamenta por la decisión de Marge de fugarse con Ruth. Cree que él tiene la culpa por no haberla llevado al ballet. El Jefe Górgori le cuenta que así fue como empezó Dillinger.
En el episodio Bart, el soplón (S07E15), Bart está triste por la aparente muerte de Krusty el Payaso, su ídolo. Homero intenta consolarlo diciéndole que ahora Krusty debe estar en el cielo con todos los famosos y nombra entre ellos a John Dillinger, el beisbolista Ty Cobb y Joseph Stalin.
Más referencias de Los Simpsons en Los Simpsons Explicados
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